Son los que tienen por objeto que el grupo se constituya, funcione y sobreviva. Pueden distinguirse los siguientes:
a) Animador. Elogia, concuerda y acepta la contribución de los demás. Expresa cordialidad y solidaridad hacia los otros miembros. Manifiesta que comprende y acepta los puntos de vista, las ideas y las sugerencias de los demás.
b) Armonizador. Actúa de mediador en las diferencias que surgen entre los demás. Intenta reconciliar desacuerdos, alivia la tensión en las situaciones de conflicto.
c) Facilitador de la comunicación. Intenta mantener abiertos los canales de comunicación, estimulando o facilitando la participación de los demás (“no hemos oído la opinión de Carlos”, etc.) o proponiendo normas para regular el caudal de comunicación (“¿Por qué no limitamos la duración de nuestras intervenciones y así todo el mundo tiene la oportunidad de intervenir?”, etc.)
d) Establecedor de estándares. Propone las pautas o normas que el grupo ha de alcanzar en su funcionamiento o aplicar normas a la valoración de la calidad de la actuación del grupo.
e) Observador-comentador. Anota el proceso que sigue el grupo y brinda estos datos al grupo, junto con su interpretación, cuando el grupo valora sus propios procedimientos.
f) Seguidor. Se mueve con el grupo, aceptando de una forma más o menos pasiva las ideas de los demás, sirve de auditorio en las discusiones y decisiones del grupo.
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