A continuación, algunas de las críticas más popularizadas acerca del coaching:
No utiliza una metodología claramente definida. El gran y rápido crecimiento de la disciplina ha tenido como consecuencia la aparición de individuos que ofrecen sus servicios como entrenadores cuando en realidad no cuentan con la apropiada formación para ello. La inexistencia de regulaciones académicas y certificaciones apropiadas, dificultan el control de la práctica y la calidad de la misma. Muchas corrientes confluyen bajo la denominación del coaching, haciendo que la oferta sea muy heterogénea y en ocasiones poco seria.
El enfoque en desarrollar la capacidad de obtener resultados y producir éxitos es otra gran crítica a la metodología. Quienes apuntan a esta debilidad, resaltan la superficialidad del método, que tiende a exacerbar los sentimientos de superación y competitividad en el corto plazo pero que rinde resultados estériles en el largo plazo.
El coaching trabaja directamente con los individuos, sus procesos mentales y emocionales. En el caso de que dicho proceso no se encuentre bien guiado, las consecuencias pueden ser de un impacto negativo importante. La ética, responsabilidad y cuidado del entrenador, no siempre están salvaguardadas cuando no existen marcos regulatorios.
Posiblemente por una falta de regulación oficial, hay mucha gente que ofrece coaching sin una formación especifica.
Según nos cuenta John Whitmore en su libro “de autor”, uno de los padres del Coaching, Timothy Gallwey, fue el que empezó a referirse a lo que posteriormente sería la esencia del mismo: “El coaching consiste en liberar el potencial de las personas, para que puedan llevar su rendimiento al máximo. Consiste en ayudarlas a aprender en lugar de enseñarles.”
El concepto de coaching se originó en el deporte, de ahí la palabra coach o entrenador. En la práctica mucha gente lo asimila a entrenamiento pero, en este caso, el coach tiene más un papel de acompañante.
La tarea del coach no es resolver problemas, enseñar, asesorar, instruir o transmitir conocimientos; consiste en ser una caja de resonancia, un facilitador, un catalizador de la conciencia.
Por todo ello podemos decir, que el Coaching es un proceso de cambio, de mejora, en el que un coachee o cliente, busca un coach para que le acompañe en ese proceso a modo de espejo, de facilitador pero en ningún caso dándole consejos o soluciones. Es el propio cliente el que busca las soluciones dentro de sí mismo.
Si queremos resolver problemas buscaremos a un terapeuta en lo personal o un consultor en lo profesional. Si queremos que alguien nos enseñe su maestría buscaremos un mentor.
El coaching NO está totalmente avalado por la comunidad académica, ya que sus métodos y herramientas integran un compendio de múltiples y variadas disciplinas, no siempre científicas.
Existe coaching de equipos, coaching de deportistas, coaching de vida, de gestión de carrera, de padres, de salud, incluso coaching de cata de vino. En los últimos años se ha visto una proliferación de organizaciones que ofrecen cursos y servicios de habilidades de coaching, otras que ofrecen la certificación de estas habilidades, todo ello acompañado de la explosión de literatura dedicada a ello. A pesar de ello, no hay una definición única.
Una de las modalidades es el coaching sistémico que promueve en el cliente el desarrollo del talento individual, de sus competencias organizacionales y de ambientes de alto desempeño.
Encontramos también el coaching coercitivo, centrado en el uso del lenguaje y cómo éste determina nuestros comportamientos y emociones. El entrenador ontológico, trabajará fundamentalmente centrado en la elaboración de significado verbal y mental del cliente, buscando que dichos significados apoyen los objetivos del entrenador.
Pero, así mismo, encontramos las “modalidades” siguientes:
Coaching coactivo, Autocoaching, Coaching de la variedad, Coaching de vida, Coaching ejecutivo, Coaching estructural, Coaching integral, Coaching integrativo, Coaching filosófico, Coaching con Fábulas de Convivencia...
Los campos en los que se puede especializar un coach son infinitos. La mayoría de los coaches aprovechamos nuestra formación y experiencia laboral anterior, y esto hace que termine habiendo tantos variedades de coaching como nichos de mercado haya.
Conozco a quienes se han especializado en medio ambiente, en imagen, en nutrición, en manejo del tiempo, en finanzas personales y en déficit de atención, por mencionar solo unos cuantos.
¿Quieres saber de qué tratan algunos de ellos?
Coaching personal, Coaching empresarial, Coaching organizacional, Coaching ejecutivo, Coaching para el liderazgo, Coaching ontológico, Coaching de atracción, Coaching familiar, Coaching transformacional, Coaching de sombra, etc, etc.
El Coaching también se puede catalogar de acuerdo a la forma en la que se desenvuelve la relación con el coach en:
Coaching Individual, Coaching Grupal, Coaching por email, Coaching Presencial, Coaching Online, etc.etc.
En consecuencia, no seré yo quien proponga una nueva descripción reproduciendo nuevamente lo anteriormente censurado, por lo que me limitaré a señalar aquello que, en mi opinión, no es el Coaching…
Coaching no es Formación, pues esta se distingue por trasladar saberes y aquel solo busca el cómo aprovecharlos (el Coaching comienza donde termina la Formación).
Coaching no es Mentoría, pues huye del consejo normativo para encontrar la sugerencia autocreativa.
Coaching no es Consultoría, pues frente a la aportación ajena de soluciones defiende la búsqueda propia de las mismas.
Coaching no es Psicología, pues lejos de ser una ciencia que estudia la conducta y el comportamiento humano solo es una metodología para su cambio.
Coaching no es Psiquiatría, pues lo que todo enfermo mental necesita es un medico y no un Coach.
Coaching no es Filosofía, pues las teorías sobre el sentido de la Vida son necesarias pero solo son válidas si tienen aplicación práctica.
Coaching no es Esoterismo, pues lo “aleatorio”, “misterioso” e “iniciático” no se lleva muy bien con el necesario orden y sentido común que debe ser consustancial a la práctica procedimental del Coaching.
Coaching no es dictar Conferencias y Seminarios sobre Coaching, pues ello siempre se acercará más a la Formación dado que solo la íntima cercanía en la interacción humana entre Coach y Coachee es lo que efectivamente lleva a conseguir cambios evidentes y por tanto resultados deseados.
Coaching no es impartir Clases de Coaching, pues el largo trecho entre la teoría y la práctica queda evidenciado cuando alguien pasa de ser alumno a profesor de Coaching sin contar previamente con la suficiente experiencia en el ejercicio de la profesión.
Coaching no es Escribir Libros y Artículos, pues nada de lo publicado (por muy acertado que sea) podrá competir nunca con un cara a cara biunívoco y reparador.
Coaching no es Auto-Coaching, pues ocurre lo mismo que con el tenis, deporte que no se puede practicar en solitario.
Coaching no es Tele-Coaching, pues no hay nada como el contacto directo entre Coach y Coachee.
Coaching no es Mejora Profesional y Personal, pues estos son los destinos a alcanzar siendo el camino el que facilita el Coaching.
Coaching no es una Moda, pues su vigencia desde hace décadas en los países donde nació y que presentan más desarrollo garantiza su perdurabilidad y progresiva implantación internacional.
Coaching no es el Arte de Preguntar sin más, pues en algunas ocasiones también son necesarias las respuestas del Coach que propicien otras preguntas más poderosas.
Coaching no es Complicación, pues toda tendencia que se oriente académicamente hacia allí perjudicará siempre la consecución de resultados.
Coaching no es otra Salida Profesional más, pues pese a la práctica inexistencia actual de barreras de entrada todavía lo son menos las de salida de no entender que para ser un buen Coach mañana, primero hay que ser un excelente Comercial hoy.
Coaching no es mi Profesión, pues es algo más que trasciende el puro concepto laboral para convertirse agradecidamente en mi Pasión.
Y con todo esto, no agoto, ni mucho menos el tema…Nos quedaría hablar de la “formación”, la “homologación” y/o la “certificación”….Pero, ese, es otro tema ¡!
En definitiva, ni hago Coaching ni soy Coacher….Que soy Formador y/o Consultor ¡!!